2 de
octubre de 2019
Miguel Moreira, da el saludo de bienvenida, mostrando su valoración de la cultura montubia y dando los agradecimientos a las personas e instituciones colaboradoras y a todos los asistentes.
Hubo los contratiempos de rigor: un poco antes del festival, se cayó el techo y hubo que improvisar dos cañas para sostenerlo.
Miguel Cedeño e Yder Castro fueron los presentadores.
Además de las presentaciones artísticas, también hubo puestos de comidas ancestrales y típicas de San Isidro y artesanías.
El público. Fue una mañana espléndida. Hubo mucho nivel artístico. Se presentaron treinta actuaciones: música, danza, teatro.
El lugar: el terreno donde se construirá el museo de la cultura montubia. Fue un marco ideal.
.
Esta niña de Piquigua mostró su traje reciclado, valorando la importancia de reutilizar los materiales y cuidar el medio ambiente.
Participaron numerosos niños de las escuelas de danza de Piquigua y de San Isidro, desde los seis años.
Los jóvenes danzantes.
El grupo de mujeres danzantes de San Isidro.
La vida cotidiana hecha teatro, por arte de la comunidad de San Pablo: los trabajos del montubio y la montubia, el corte de leña, los gallos finos, las discusiones.
Artistas de Bahía de Caráquez hicieron reír con los amorfinos chocantes.
Dos grupos de jóvenes parlamentarios andinos participaron con canciones originales, creadas por ellos, sobre el tema de inmigración.
Un grupo de jóvenes del colegio de Piquigua nos presentaron el teatro con el que habían concursado y ganado en su comunidad en la noche cultural de sus fiestas patronales.
La Comunidad de Jejenal hizo de uno los juegos de ronda típicos, como es la Ronda del Gallinazo, una representación artística y teatral, con gracia y regocijo.
“Los Mentaos de la Manigua” fue el grupo invitado, que llegó desde Portoviejo, con música y danza, auténticamente montubia. Grandes creadores, que animaron el festival de San Isidro.
Los artistas sacaron al público a bailar.
La Escuela de Teatro de Piquigua presentó su obra “Vamos a chigualear”.
Era importante la foto de despedida del festival, para mostrar los ochenta vestuarios que se estrenaban este día.
Miguel Moreira, da el saludo de bienvenida, mostrando su valoración de la cultura montubia y dando los agradecimientos a las personas e instituciones colaboradoras y a todos los asistentes.
Hubo los contratiempos de rigor: un poco antes del festival, se cayó el techo y hubo que improvisar dos cañas para sostenerlo.
Miguel Cedeño e Yder Castro fueron los presentadores.
Además de las presentaciones artísticas, también hubo puestos de comidas ancestrales y típicas de San Isidro y artesanías.
El público. Fue una mañana espléndida. Hubo mucho nivel artístico. Se presentaron treinta actuaciones: música, danza, teatro.
El lugar: el terreno donde se construirá el museo de la cultura montubia. Fue un marco ideal.
Esta niña de Piquigua mostró su traje reciclado, valorando la importancia de reutilizar los materiales y cuidar el medio ambiente.
Participaron numerosos niños de las escuelas de danza de Piquigua y de San Isidro, desde los seis años.
Los jóvenes danzantes.
El grupo de mujeres danzantes de San Isidro.
La vida cotidiana hecha teatro, por arte de la comunidad de San Pablo: los trabajos del montubio y la montubia, el corte de leña, los gallos finos, las discusiones.
Artistas de Bahía de Caráquez hicieron reír con los amorfinos chocantes.
Dos grupos de jóvenes parlamentarios andinos participaron con canciones originales, creadas por ellos, sobre el tema de inmigración.
Un grupo de jóvenes del colegio de Piquigua nos presentaron el teatro con el que habían concursado y ganado en su comunidad en la noche cultural de sus fiestas patronales.
La Comunidad de Jejenal hizo de uno los juegos de ronda típicos, como es la Ronda del Gallinazo, una representación artística y teatral, con gracia y regocijo.
“Los Mentaos de la Manigua” fue el grupo invitado, que llegó desde Portoviejo, con música y danza, auténticamente montubia. Grandes creadores, que animaron el festival de San Isidro.
Los artistas sacaron al público a bailar.
La Escuela de Teatro de Piquigua presentó su obra “Vamos a chigualear”.
Era importante la foto de despedida del festival, para mostrar los ochenta vestuarios que se estrenaban este día.
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