Rostros de RWANDA-Nº. 1-100 rostros-

Rostros de RWANDA-Nº. 1-100 rostros-

100 espejos del alma

Siguiendo con nuestra particular sociología, con la que queremos mostrar la realidad de los pueblos a través de las expresiones de su gente, saltamos de Continente: de Latinoamérica (vimos rostros -espejos del alma- de Ecuador, Brasil y Bolivia) al corazón de África: Rwanda.

El desafío es grande: descubrir este pequeño país de Rwanda mirándole de frente. Mirando de frente, si somos capaces, a los ojos de sus sufrimientos.

Los sufrimientos producidos por la guerra que comenzó en 1994 y aún no termina.

Mirando de frente a las víctimas de los intereses malditos, de los negocios de armas, de la explotación del coltán (el mineral que llevamos en nuestros bolsillos para divertirnos con nuestros móviles, mientras cerramos los ojos a lo que pasa en el origen de esta malvada cadena tecnológica).

Mirando a la cara, si eres capaz, a niños y niñas que comen una vez al día, o una vez cada dos días.

Sí, en esta presentación de cien fotografías de ruandeses y ruandesas no hay palabras. Hay gestos, miradas. Expresiones curtidas por el dolor, rictus en los que se adivinan las tragedias vividas.

Pero, sobre todo, hay otra cosa. ¿Qué tiene un pueblo para resistir a la violencia desatada por la ferocidad del capitalismo? Sobre todo, tiene coraje, intrepidez profunda para no dejarse arrebatar por la muerte dictada por los poderosos y energía para vivir cada día.

Aquí, de nuevo, vas a ver primeros planos donde puedes percibir la dignidad de los pobres, la alegría de los que luchan, la fiesta, la danza, los juegos de un pueblo vivo.

Si quieres ver en este reportaje imágenes trágicas, porque crees que el morbo de la pobreza es el que toca el sentimiento, no sigas mirando, no lo vas a encontrar aquí. Ten en cuenta que estos hombres y mujeres que aquí aparecen, estos niños y niñas, son nuestros amigos y amigas, que les hemos estrechado la mano y nos hemos abrazado. Estamos hermanos con ellos.

Son las imágenes positivas de los que han sobrevivido para contarlo.

Escúchalo con esta música africana que se te penetra.