Iñaki
Cámara fue nuestro amigo entrañable,
que alumbrará siempre en el firmamento de los que creemos en los pobres y en la utopía.
Su
cuerpo se fue apagando hasta quedar recluido en una silla de
ruedas.
Nació
en Vitoria. Se hizo sacerdote. Fue un aguerrido misionero en Ecuador. Al final,
le quedaba un hilito de voz. Y con esa voz redactó su libro “Rotos
pero enteros”, expresión que es la mejor descripción de su propia vida:
nunca un hombre tan roto estuvo tan entero.
Sus amigos recogimos su vida en
el libro “Los pobres nos evangelizan”.
Cuando
hicimos el libro, montamos este vídeo con una palabra y una foto de
algunos de sus amigos; y con la voz
de otros dos grandes: Mercedes Sosa,
que dio gracias a la vida, como nosotros la damos por Iñaki; y Mikel Laboa, que cantó a los
pájaros que escapan de las jaulas y siguen cantando.
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