DESDE
RWANDA, Leonardo Lizana (4)
31 -
julio - 2017
ALGUNOS
MOMENTOS
La estadía en Rwanda ha estado marcada por muchos momentos de encuentro y descubrimiento de esta
realidad. Todos estos muchos momentos están marcados por un denominador común: la
apertura al otro, a lo nuevo, a lo distinto.
El jueves pasado fue el último día de clases de nuestra escuela de
Kayenzi, a las 9:00 de la mañana estaban citados los niños y sus padres para
concluir este segundo trimestre. Ya desde las 8:00 los profesores Evarist y
Aline preparaban los últimos detalles junto a sus asistentes Beatrice y Aline.
Una vez todos reunidos en la escuela se dio comienzo a una demostración de lo
que los niños habían aprendido en el trimestre, fue un momento emotivo para los
padres y para todos los presentes, niñas y niños repitieron cantos y lecciones
desatando más de una sonrisa en los rostros de todos nosotros. Fue un momento
muy gratificante que dio paso a una reunión del comité de padres.
La reunión
del comité de padres tuvo toda la formalidad que la ocasión ameritaba. La Hna.
François dio inicio con una oración y bienvenida a los presentes y luego, de
manera sorpresiva, me dio la palabra. Estaba todo fríamente calculado, la Hna.
Janviere estaba allí para ser mi traductora. Fue una maravilla poder dirigirme
a todos y hasta poder generar un pequeño diálogo para obtener de primera fuente
algunas apreciaciones sobre el caminar de la escuela. Me sigue sorprendiendo el
cariño con que está gente acoge y el respeto profundo hacia el otro.
Siguió la reunión en un clima de mucha participación, Hna
Janviere siempre estuvo allí para traducir todo lo que se dijo. Al final, un
mensaje de ánimo y esperanza de parte de Kuartango, Ribera Alta y Urkabustaiz.
Una mañana estupenda con los niños y sus padres, con el cariño y la acogida y
con los deseos de seguir consolidando nuestra relación con esta comunidad de
Kayenzi.
El viernes por la mañana es el día del mercado en Kayenzi, una feria
libre donde confluye toda la gente para vender y comprar. Luego de la misa y el
desayuno me apronto para ir temprano. Las hermanas me preguntan si necesito
compañía y, a estas alturas, les digo que no, ya me he acostumbrado a esta
gente cariñosa y sonriente y sé que no tendré ningún problema. Salgo y la calle
va con mucha más gente de lo habitual. Todo el mundo saluda y devuelve el
saludo, muchos me regalan una sonrisa y los niños me comienzan a seguir.
Una vez en el lugar de la feria encuentro de todo, todo se
vende y todo se compra. Hay mucha gente y disfruto los colores, los aromas y me
admiro de la fuerza de las mujeres que sobre sus cabezas llevan pesadas
mercaderías. Trato de adivinar algunas cosas que no conozco y me divierto con
los niños, los más pequeños se acercan a mí como a algo nuevo y desconocido,
huyen cuando los miro y vuelven cautelosamente una y otra vez. Uno de estos
niños tiene claro lo que quiere y lo consigue, deseaba tocar mi pelo que seguro
le parece muy raro; a este niño, se suman otros que, luego de vencer la timidez
inicial, disfrutan con algo tan simple como tocar un cabello distinto. Todos
reímos. Cuanta alegría dan los
niños!!! Con razón Jesús nos dijo que de los que son como ellos, es el
reino de los cielos.
Domingo, primera
misa en la parroquia de Kayenzi. Un hijo de esta parroquia
celebrará por primera vez la eucaristía en este templo parroquial. Desde el
sábado en la mañana, todo huele a fiesta. La misa comienza a las 10 de la mañana y se
desarrolla con mucha solemnidad, una vez más me sorprende la elegancia de los
presentes y el cariño de se expresa de diversas maneras hacia el nuevo
sacerdote y hacia quienes le acompañamos. Luego de la misa, la fiesta. Bailes,
discursos, entregas de regalos, muchos tambores y más baile. A las 5 y media de la tarde vamos
terminando y, por fin, vamos a comer. El clima de todo este domingo es un clima
de fiesta y alegría, que he disfrutado mucho en el encuentro con la gente, con
los curas y con los niños que me siguen como a una atracción, siempre
terminamos riendo los unos de los otros.
La vida
aquí no pende del reloj ni del formalismo, la vida aquí se despliega en torno al encuentro, la alegría y la
fiesta. La vida tiene otro sentido para esta gente y, gracias a Dios,
he podido contemplarlo.
Saludos y gracias por seguir
estas sencillas crónicas que quieren acercar nuestros mundos para interpretar
mejor nuestra propia realidad. Un abrazo desde esta tierra que cautiva el
corazón. Les debo por ahora las fotos de estos días.
No hay comentarios:
Publicar un comentario