Las dificultades y
necesidades del medio son inmensas. Estos niños que hemos visto en las fotos,
se puede decir, son muy afortunados con la escuela infantil. Pero, no hay que
olvidar que hay muchísimos niños muy pobres del entorno que no tienen esta
posibilidad.
Además de esta escuela,
las Hermanas ayudan a las personas más pobres y necesitadas. Dan ayuda de alimentos
a personas enfermas de SIDA, a niños desnutridos y a niños hijos de enfermos, a
ancianos, a los más pobres. Les
reciben, los animan, controlan el peso de los niños desnutridos y comparten y
reparten para ellos una variedad de alimentos, sobre todo, harina, leche, sorgo,
judías.
Proporcionan
rehabilitación a niños discapacitados; pagan a un terapeuta y enseñan a los
familiares a ejercitar la rehabilitación. También, dan formación profesional a
jóvenes. Visitan a los enfermos de las colinas.
Todo lo llevan
perfectamente anotado y controlado: lista de personas, peso de los niños,
cantidades que llevan, etc.
Una aclaración: quizás,
como se suele decir, algunas de estas imágenes hieran la sensibilidad de
alguien. Pero, la verdad, no pretendemos provocar sentimentalismos baratos ni
una solidaridad sensiblera. Pero, sí es necesario que seamos golpeados por la realidad,
que está ahí, ahí cerca, y reaccionemos con una lucha más efectiva por la
justicia y con una solidaridad comprometida. Por otro lado, al revelar estas
imágenes, no queremos recrearnos mostrando con morbo la crudeza de la vida,
sino, sobre todo, queremos reflejar la dignidad de las personas, que, en medio
de su pobreza, sonríen o muestran sus mejores galas.
Bueno, creo que estar cerca de esta realidad de los más pobres,
acompañarles desde nuestro proyecto solidario de Kuartango, Urkabustaiz, Ribera
Alta, y potenciar nuestro hermanamiento con Kayenzi, es muy importante.
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